(Mientras esperamos a Octubre, acá les va parte del contenido de la próxima edición, para que se les haga agua la boca...)
Pág. 04
"Usted está aquí”
Filosofía - Artículo, por Desiderio Penza
Pág. 11
Charlamos con el grupo de canciones urbanas "La Urbe"
Entrevista, por Ana Vanni & Diego Maldini Freyre
Pág. 15
“El asesino del Presidente”
Literatura – Cuento, por Gustavo Carignano
Pág. 17
"No escribo”
Literatura – Poesía, por Sebastián Paiva
Pág. 18
"Reflexiones sobre algunos mitos de la escritura”
Escritura – Artículo, por Camilo Moreno
Pág. 21
“De la psicología de las ovejas”
Psicología – Ensayo, por Daniel Leone
Pág. 30
“Reflexión”
Humor gráfico, por Leandro Gillig
Pág. 31
“Fines y medios, pensarnos desde el ayer”
Política/Cultura – Artículo, por Beatriz del Carmen Ruggiero
Pág. 41
“Con V de Mondiola, la cultura en calzoncillos”
Humor textual, por Miguel Peressutti
Pág. 44
“La hija en llamas”
Literatura – Cuento, por Natalia Merlonghi
Pág. 47
“Lengua libre”
Escritura – Artículo, por Germán Cabanillas
Pág. 49
“Paladines & Palacios” (Segunda Parte)
Crítica del Arte – Ensayo, por Diego M. Maldini Freyre
Pág. 54
“Liberia” (Episodio IV)
Historieta, por Marcelo Martínez
(Aunque esto es sólo un adelanto... para conocer todo tendremos que esperar al mes que viene... ¡qué crueles! jajajaja)
viernes, 25 de septiembre de 2009
martes, 22 de septiembre de 2009
Algunos Colaboradores Invitados...
"Solo"
cuál es el miedo a estar solo?
qué lleva a la gente a sentirse sola aunque estén rodeados de gente...
eso es: me siento solo...
la gente me rodea, me saluda, me habla, me regala su sonrisa.
pero yo quiero ver más allá de su sonrisa quiero ver en lo más profundo de sus ojos quiero ver qué secretos entraña su mirada
...pero ojo con mirar a los ojos!!!!!!
porque te podés quedar solo.
por deigo bega
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redactores invitados
jueves, 17 de septiembre de 2009
Paladines & Palacios (Primera parte)
por Diego Maldini Freyre
Como adelanto de la edición aniversario que sale en Octubre, colgamos a continuación la Primera Parte de este artículo sobre las conexiones entre en Arte, Individuo y Sociedad que salió en la edición anterior de Aretha, y continuará en la edición del mes que viene... ¡Obviamente, al diseño excelente de nuestros diseñadores estrella se lo debemos... para eso está la revista, pero así y todo: que lo disfruten!Yoko Ono dijo en una conferencia de prensa: “Lo único que puede salvar al mundo es el Arte”(1). Aquí intentaremos entre otras cosas, argumentar a favor de esa aseveración, pero para ello deberemos husmear en ciertos (y peligrosos) “pseudo”-lugares comunes…
Aunque no lo parezcan, algunos de esos lugares sí son “peligrosos” y quedan al descubierto con preguntas como ¿Por qué dejamos que recaiga el poder de determinar “qué es el Arte” y “quién es Artista” (y quién no), en algo tan ajeno a lo artístico como son los Medios Masivos de Comunicación?, pero contestar esa pregunta no nos compete por ahora… vayamos parte por parte…
Volvamos entonces a la frase de Yoko, y con ella, a la defensa de su afirmación, nuestra postura. Para responder a las críticas que rápida y seguramente provengan de izquierdas y derechas(2), es necesario definir a qué nos referimos y a qué no, cuando decimos “Arte”. Como con tantas otras definiciones abstractas, bien podría decirse que Arte es aquello que todo el mundo sabe lo que es pero que cuesta definir. Luego, no nos quedemos holgazaneando en conformismos… profundicemos:
Es cierto que cuando se nos llama a definir el ARTE, se nos complica tanto y de tantas maneras, que solemos optar por guiarnos en base a lo que ya está socialmente establecido como “Arte”, y al obrar así terminamos apoyándonos más en el concepto de “Artista” que en el de ARTE. Primer error… pues lo que nos propone el perezoso inconsciente colectivo para salir del cruce, es que: “ARTE es lo que realizan los ARTISTAS”, y no cualquier “hijo del vecino”; Por dar un ejemplo, los artistas callejeros no son generalizadamente considerados “artistas”(3). Desgraciadamente, en nuestra sociedad posmoderna, la “responsabilidad delegada” de ponerles cartelitos a las cosas suele darse (o …sugerirse, o …imponerse) de ARRIBA HACIA ABAJO, y no al revés como tendría que ser… Por otro lado también, los “Artistas” (sí, con mayúscula) todavía son y serán considerados por muchos como esa “casta acomodada de ególatras que no laburan y que debieran agarrar una pala o algo…”. Este camino no nos lleva a la definición de Arte.
Con el academicismo, por la otra mano, opuesta a la sugestión/imposición del párrafo anterior, aparece la no-definición. Con toda su pedantería y su orgullo dinosaurio, los ámbitos académicos suelen caer en el error de no caer en ningún lado. O, como en el caso de la reconocida esteta y docente Marta Zátonyi, dan vueltas y más vueltas para contentarse con un “Hablaremos sobre el arte pero no para encorsetarlo en una precisa definición; tampoco para fabricar un inventario de enunciaciones. Lo haremos para considerar los alcances de una construcción humana”(4)… claramente, rodeos, rodeos, y más rodeos… Lo más cercano que encontré en este libro -por lo demás, interesante- a una postura en relación con el arte, fue: “Pensaremos el arte como un objeto de goce y estudio cuya aprensión está balanceada entre sentir, percibir y saber”(5), ¿un perro (sí, un canis lupus familiaris) acaso, no entra en esa definición: puesto que es un “objeto de goce” para muchos de sus dueños; y “de estudio” para los cinófilos, biólogos, y hasta para los sociólogos; “cuya aprensión está balanceada entre un sentir, percibir y saber”?. Me explico: Con toda su base de datos, con todos sus conocimientos, algunos docentes suelen pecar de relativistas irresolutos y ante tanta teoría contradictoria, que no dudan en dar a conocer a bocajarro, con cola de paja nos subrayan (esta vez no fue Zátonyi, sino algún que otro docente de Letras que hube tenido) que “Arte es todo lo que un grupo determinado de personas, en un lugar y tiempo determinados, identifican como tal”. En un primer momento, esta definición es pasible de ser tomada como correcta, por ser tan amplia, pero luego nos encontramos con la falencia de que si definimos así al arte, en realidad estamos diciendo que “Arte es aquello que definen los dueños oligopólicos de los medios de comunicación de acuerdo a sus propios intereses”. Nada de prejuicios de mi parte, querido lector, atenta lectora: pero no debemos olvidar que los Medios Masivos de Comunicación (MMC) fueron absorbidos hace tiempo ya por las leyes del Mercado (cuesta encontrar, de hecho, algún fenómeno o proceso social que no lo haya sido aún: muy a nuestro pesar, Aretha! tampoco es la excepción…). Bajo esta perspectiva, es menester reconocer que más allá del beneficio que los MMC brindan, difundiendo Arte y dando a conocer Artistas, tienden a convertir todo lo que tocan en Mercancía. El Arte no escapa a este principio, a esta polución(6), es por eso que debemos evitar definiciones tan abarcativas en las cuales quepa esa nefasta posibilidad de considerar Artístico algo que no lo es… o algo que viene impuesto, ya que “convención”, más que imposición, es acuerdo. Es por esta razón que tampoco podemos confiar en la dudosa “sabiduría” de estos “circuitos artísticos”, que la mayoría de las veces están condicionados tanto por movidas y arreglos políticos, como por intereses económicos (sé lo que piensas, atento lector: acaso sean lo mismo, en efecto).
Cito a Vicente Zito Lema, en un diálogo con Enrique Pichon-Rivière: “Podemos decir entonces que, en toda sociedad, estos criterios, u otros de índole normativa (los jurídicos y los estéticos, por ejemplo) son expresiones concretas de poder. Su legitimidad es así fatalmente relativa: más que ciencia o arte hay ideología”(7). Ahora, bien, si cualquier definición es “fatalmente” temporal, provisoria, y ninguna más trascendente que otra en dichos términos… por lo que si hoy tenemos una, mañana será insuficiente o errónea… o si toda postura (incluso la no-postura) es Ideológica: ¿tendríamos acaso que abstenernos de definir “Arte” y trabajar toda nuestra teoría en base a meros presupuestos? ¡De ninguna manera! Benedetto Croce, como todo pensador que se precie, da cuenta también de esta continua circunvolución de teorías que se reemplazan y posibilitan unas a otras, que van quedando caducas con el correr del tiempo: habla de la caída y surgimiento de diferentes definiciones comparándolas con las casas donde vivimos, pero que tienen que ser constantemente mantenidas, y eventualmente derribadas y vueltas a construir… y se pregunta acaso si “de esta rectificación de unos arquitectos y otros arquitectos pudiese derivarse la conclusión de que no debemos levantar viviendas para morar en ellas”(8). Claramente, es ridículo suponer que así sea. Abandonemos entonces el costumbrismo, la inercia, la indefinición (y esta extensa introducción) para empezar a despejar dudas…
Arte.
El Arte es un producto humano. El Arte nace y muere en el Hombre, pero en el Hombre como conjunto, como especie, ya que es producto de la Cultura. Es una conjunción de muchos factores, pero ante todo es Expresión, en tanto que representación subjetiva de una Percepción y sus efectos en el individuo. Por tal motivo, el arte es introspección. Y por tal motivo, decimos junto a Yoko Ono que el Arte es lo único que puede salvar al mundo.
Todo acto introspectivo nos lleva a la conciencia de nosotros mismos. Indefectiblemente, pues de eso se trata. Y toda conciencia nos lleva a cuestionarnos asuntos esenciales, problemas humanos en lugar de mundanos. Es decir, la introspección, indefectiblemente nos enseña conciencia y la Conciencia, nos lleva indefectiblemente a la Crítica, en tanto que herramienta intelectual que nos capacita para emitir juicios individuales, pero sobre todo auténticos, sobre lo que nos rodea(9) y que nos quieren imponer desde fuera, es por eso que el Artista nos suele parecer a menudo independiente, cuanto menos “raro”, y casi siempre, excéntrico… “Así, conciencia crítica es el reconocimiento de las necesidades propias y de la comunidad a la que se pertenece, conocimiento que va acompañado de la estructuración de vínculos que permiten resolver esas necesidades” (Pichon-Rivière, op. cit.)
El Arte puede –y es, siempre- percepción, representación, interpretación, síntesis, …expresión (sublime, abstracta, claro, pues un abrazo es expresión, pero no “Arte”). Esta manifestación catártica del interior de la Persona, guarda un estilo y un mensaje. Esta expresión, tiene Forma y tiene Contenido, pero a ninguno de ellos debe atribuírsele la cualidad de lo artístico con exclusividad(10), “precisamente por ser artística solamente su relación, su unidad”(11). Así como los psicológicos y los sociológicos si son realizados aisladamente, “los métodos de análisis formal son necesarios, pero no suficientes”(12).
Por otro lado, a pesar de que pareciera lo contrario, el arte sí tiene un sentido, una función que le dio origen en el principio de la historia del Ser Humano, y es la Catarsis. Catarsis, como medio del Individuo de arrojar fuera de sí todo el peso de la Cultura, purificándose y aprendiendo más de sí mismo en el proceso. Hay una tesis de que “si no es comunicado el arte, no es tal”, lo que quiere dar a entender, es que el productor de la obra artística necesita expresar lo que siente… necesita descargarse. Este “hecho” tiene que ver con el hecho artístico, pero no forma parte del “contingente” del producto artístico: Hay cierta verdad en dicha tesis, pero no es del todo correcta, ya que el hecho artístico lo seguiría siendo así su realizador estuviera perdido en una isla desierta e imposibilitado de transmitírselo a nadie. Más claramente entonces: el arte es arte por necesidad de quien lo realiza. El realizador puede darle a su obra cierta dirección más o menos mercantilista, para, ya que se descarga… ganar un poco de dinero (¡claro que sí!, seamos realistas, lector), pero si no hay catarsis involuntaria, no hay arte(13), y en última instancia, el producto final le pertenece más a la Historia del Arte que al Artista en sí. Arte, me gusta decir, es lo que uno no puede “no” hacer. Si se tiene la necesidad, como artista, no se puede dejar de hacer arte en cada momento de nuestras vidas… y desde ya que la figura del artista está anquilosada y mediatizada, porque en verdad, todos llevamos nuestro artista dentro…
Sociedad.
El mundo está casi completamente tomado por la Industria Cultural, donde sus productos culturales (ex-hechos artísticos, muchos de ellos) “pueden ser consumidos rápidamente incluso en estado de distracción. Pero cada uno de ellos es un modelo del gigantesco mecanismo económico que mantiene a todos bajo presión desde el comienzo, en el trabajo, y en el descanso, que se le asemeja. De cada film sonoro, de cada transmisión radial, se puede deducir aquello que no se podría atribuir como efecto a ninguno de ellos aisladamente, pero sí al conjunto de todos en la sociedad. Inevitablemente, cada manifestación aislada de la industria cultural, reproduce a los hombres tal como aquello en que ya los ha convertido la entera industria cultural.”(14) (Adorno & Horkheimer)
Aquí viene lo más importante, que subyace cuando abordamos la cuestión del Estilo, pensado como norma uniformante. Dicen Adorno y Horkheimer: “El concepto de estilo auténtico queda desenmascarado como equivalente estético de dominio. La idea de estilo como coherencia puramente estética es una proyección retrospectiva de los románticos. […] Los grandes artistas no fueron nunca quienes encarnaron el estilo en la forma más pura y perfecta, sino quienes acogieron en la propia obra al estilo como rigor […] …incluso las obras tenidas por clásicas, como la música de Mozart, contiene tendencias objetivas en contraste con su estilo. Hasta Schönberg y Picasso, los grandes artistas han conservado su desconfianza hacia el estilo y –en todo lo que es decisivo- se han atenido menos al estilo que a la lógica del objeto.”(15) Y dice Croce, también en referencia al estilo, pero particularmente, comparando dos estilos antagónicos, aunque tranquilamente su afirmación bien puede extenderse al total de las corrientes en la Historia del Arte): “…cuando elevamos la vista desde las obras comunes de arte a las obras llenas de pasión o fríamente decorosas, a las obras no de los discípulos, sino de los maestros, no de los adocenados, sino de los insignes, y vemos francamente que desaparece todo contraste y que no hay modo de defender uno ni otro punto de vista, porque los grandes artistas, las grandes obras, o los grandes fragmentos de ellas no pueden llamarse ni románticas, ni clásicas, ni pasionales, ni representativas, porque son a la vez representativas, pasionales, clásicas y románticas.”(16) Volviendo nuevamente a una coherencia perceptible, al menos para el ojo adiestrado, que confiere al arte esa Unidad, Plenitud o Movimiento, de que tanto se habla.
La manera de escapar al adocenamiento, por utilizar la palabra de Croce, la forma de combatir la uniformidad, por utilizar la de Adorno & Horkheimer, que impera en esta sociedad en donde todo son objetos fabricados en serie que pierden casi toda la expresión que alguna vez le fue conferida por su realizador, es recurriendo a lo auténtico, al arte libre de normas impuestas desde arriba, al hecho artístico no encomendado desde afuera, sino evolucionado a partir de una Historia, en constante tensión con las vivencias de su creador… Y ¿cómo se llega a lo auténtico? Hay un solo camino, querido lector, atenta lectora: Desde adentro.
Arte & Sociedad.
“Resolveos a no ser esclavos y seréis libres. No se necesita para esto pulverizar el ídolo, será suficiente no querer adorarlo; el coloso se desploma y queda hecho pedazos por su propio peso, cuando la base en que se sostenía llega a faltarle. …Pero los médicos aconsejan no poner la mano en heridas incurables; y no es obrar con acierto aconsejar a los pueblos la reivindicación de la libertad que consintieron perder y ya que no notan su mal, ello muestra de sobras que su enfermedad es mortal.”(17) Este texto desbordante de fuerza y crítica, fue escrito por un joven de dieciocho años hacia 1550. ¿Cuesta creer, verdad? Su ira iba dirigida hacia el Rey Tirano, pero qué me dices, si la dirigimos nosotros hacia la Industria Cultural que todo lo banaliza (¿y por qué no: “Vanaliza”?)?
Sigo con más muestras de este brillante pensador que fue Etienne de La Boétie: “¿De dónde adquiriera él tantos ojos para acecharos si vosotros no se los facilitaseis? ¿Cómo tuviera tantas manos para subyugaros si no las tomara de entre vosotros? ¿Con qué pies hoyara vuestras ciudades sino con los vuestros? […] vosotros sufrís todo el peso del trabajo, y a costa de vuestros afanes él nada entre infames delicias y viles placeres; vosotros os debilitáis mientras él se robustece para mejor oprimiros”
“La violencia y el engaño son los medios que más comúnmente suelen emplearse para entronizar la esclavitud, y seguramente que los hombres, mientras les queda algo de hombre, cuando se dejan avasallar no ceden a otras causas: a la violencia, […] o … al engaño, por cuanto el pueblo es muy propenso a dejarse seducir, y con bastante frecuencia se engaña a sí mismo. […] A este maquiavélico recurso de embrutecer a sus súbditos apeló también Ciro contra los lidios, cuando se apoderó de Sardes su capital, […]. Pero no queriendo recurrir al saqueo de tan bella ciudad, […]. Estableció burdeles, abrió tabernas, ordenó juegos públicos y destinó premios a cuantos inventasen deleites nuevos. Estas medidas llenaros de tal manera las minas del tirano, que no tuvo ya necesidad de desenvainar otra vez la espada contra los lidios, quienes en muy poco tiempo se divirtieron inventando toda clase de juegos, hasta el punto que de la palabra Lidi sacaron Ludí los latinos, que equivale entre nosotros a la palabra pasatiempo…” Dejando un poco de lado la sangre hirviente del espíritu joven de La Boétie, centrémonos en lo que dice libre ya de exacerbos: “Teatros, juegos, farsas, espectáculos, gladiadores, animales extraños, medallas, cuadros, etc., fueron para los pueblos antiguos los incentivos de la esclavitud, el precio de su libertad, los instrumentos de la tiranía”.
Para terminar, es cierto que el arte, ya sea por su práctica, su entorno, o su vivencia, suele despertar egocentrismo… pero el egocentrismo positivo, entendido como autoestima realista y no exagerada, y bien manejado confiere seguridad, y ésta, valor para encarar caminos alternativos, nuevos…
Luego de citar tantas ideas, tantas mentes; luego de convertir El Academicismo a su misión primera y olvidada: El Activismo; (y no se trata de asuntos de política institucional, ni institucionalizada, sino de hacer la diferencia con el SER en lugar de con las armas, se trata de perfeccionar el “YO”, para mejorar el “NOSOTROS”) …sólo me resta recuperar en la memoria aquellas palabras humanas -y por ello infinitas- como son: Arte, Introspección, Conciencia, Independencia, Libertad; …apelar a tus ojos, querido lector, atenta lectora; …y hacer silencio.
Referencias:
(1) La escuché decirlo hace algunos años, pero imagino que lo debe seguir manteniendo… y aunque no lo hiciera, ¡Este ensayo no perdería validez!
(2) Alguien dijo una vez: “Cuando te critican a derechas e izquierdas, entonces ¡¡Realmente estás haciendo Arte!!”
(3) Ya que la lógica del Sistema es deificar unos pocos artistas que le sean funcionales, ya sea para jugarle a favor o en contra, pero siempre aplacando, siempre, desviando la atención… y dejar de lado a todos los demás artistas, por lo demás, igualmente merecedores de dicho “título”. En el mejor de los casos, puede investirlos de tal jerarquía, pero no los deja vivir como tales, ni desarrollarse paralelamente a los otros, por no gozar de las mismas posibilidades que los que sí sirven al Sistema.
(4) Zátonyi, Marta. Arte y Creación. Los caminos de la estética. Bs. As. Capital Intelectual. 2007.
(5) Zátonyi, op. cit.
(6) Adorno, T. & Horkheimer, M. “La Industria Cultural” en Dialéctica de la Ilustración. Valladolid. Ed. Trotta. 1998.
(7) Zito Lema, Vicente. Conversaciones con Pichon-Rivière sobre el arte y la locura. Bs. As. Ed. Cinco. 2004.
(8) Croce, Benedetto. Breviario de Estética. Ed. Planeta. España. 1992.
(9) Ya que decimos, con Enrique Pichon-Rivière: “Pero acaso, ¿no es también función del arte conocer, indagar la realidad?”, en Zito Lema, op. cit.
(10) Como han sostenido tan erróneamente algunas escuelas históricas, como la escuela de estudios literarios que conformaron los Formalistas Rusos. “Por profundos que tratan de ser los formalistas, toda su teoría se basa simplemente en el hecho de que ignoran la unidad psicológica del hombre social, del hombre que crea y que consume lo que ha sido creado” aún admitiendo que existe una “relación activa recíproca, en la que la forma influye en el contenido y a veces lo transforma totalmente” (Trotsky, León. Literatura y Revolución. Bs. As. Antídoto. 2004)
(11) Croce, op.cit.
(12) Trotsky, León. op. cit.
(13) Es “necesario”, sí, …pero no es “suficiente”, ¿me explico? La catarsis siempre interviene en el proceso creativo, resta dilucidar el grado de independencia de la obra de arte una vez terminada, respecto de esa necesidad de su productor.
(14) Adorno, op. cit.
(15) Adorno, op. cit.
(16) Croce, op. cit.
(17) La Boétie, Etienne. Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno. Año 1548, aprox.
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