A la salida de uno de sus espectáculos, hace varios meses atrás, nos reunimos con este bello e inquieto niño sediento que es Alfredo casero, con el afán de entrevistarlo. No hizo más que sorprendernos, con salidas espontáneas al parecer alocadas, pero profundamente relacionadas con la conversación en cuestión, o con giros de 180º que acaso el lector no alcance a distignuir del todo dada la naturaleza escrita de lo que adjuntaremos.
Resta decir que Alfredo Casero es una gran figura, marcadora de tendencias, e inconformista en el buen sentido de la palabra (acaso también en el malo, pero no alcanzamos a conocerlo tanto, jejeje) a nivel nacional cuanto mínimo y seguro también a nivel internacional.
En esta ocasión, lo vemos en una postura no muy común, ya que lo abordamos desde la pregunta ¿Qué es el Arte?, (en realidad, ganándonos de mano, maravillosamente, nos lo pregunta él primero, aunque era la pregunta clave que fuimos a hacerle) para terminar descubriendo su filosofía de vida y entreviendo las causas de su sed constante de experiencias nuevas y búsqueda de conocimientos aplicables a su actividad.
No los entretenemos más, aquí mismo va la mini entrevista:
Aretha: ...somos una revista de arte, diseño, cultura, que convoca gente para que aporte desde historietas a cuentos..., llamando a mucha gente para que participe, ¿no?, para que participe del arte, entonces...
Alfredo: ¿Qué es el arte?
Aretha: ¡Exactamente! ¡Nuestra intención es escribir sobre eso! ¿Qué es el arte?
Alfredo: Yo creo que el arte es la vida toda completa, que no podés separar actitudes del hombre que tienden a lo espectacular, como elemento artístico; que no es algo que uno lleva a cabo, porque todo está llevado a cabo. El pintor más perfecto, más cerrado en su idea de lo pictórico, del color, etc., etc., etc., no puede negar... no puede decir que un tanque de guerra es feo. Porque si lo que vos estás buscando es la conjunción entre líneas perfectas, cuadradas y simétricas, mezclado con la rendondez del camuflado, que incluso están muy bien colocados con respecto al entorno, estás haciendo una obra de arte perfecto, o sea que el camuflaje vendría a ser un arte. Si vos pensás que un avión de guerra, tan hermoso que es, te sirve para matar, estás diciendo que un avión que es tan perfecto y que es la conjunción muy hermosa de lo que es la aerodinamia, estás diciendo que una conjunción de esos elementos es artística porque la guerra es una arte.
Aretha: Mmm... no creo...
Alfredo: La guerra es un arte... ¡¿Cómo que no?!
Aretha: Mmm... depende...
Alfredo: ¡¿Cómo “depende”?!
Aretha: Sí, depende, para mí arte tiene que ver, como vos dijiste, con la actitud, pero no en el sentido de ‹‹algo-bien-hecho››. Cuando vos decís que la guerra es un arte o que hay una buena manera de hacer arte...
Alfredo: No, no, no, estás equivocado, porque vos me estás mezclando... el error está en relacionar el arte con las cosas buenas...
Aretha: ...no buenas, sino “bien hechas”...
Alfredo: No, tampoco tienen porqué está bien hechas, sino, simplemente, hechas. El arte de la guerra es un libro que escribió...
Aretha: Sun Tzu...
Alfredo: Sun Tzu, sí, evidentemente, después lo levantaron Liang Ping o Clausewitz, y así hasta el día de hoy, o sea que todo lo que vos digas que tiene que ver el arte de la guerra. La función de la guerra, es no tirar un solo tiro: tener el tanque más hermoso y el que más asusta para que el otro diga que no, esa sería la idea.
Aretha: Pero, entonces todo sería arte, como Hermeto Pascoal, que dice que todo es música...
Alfredo: Es que todo es música. Todo es arte y todo es música, vos tenés tu sonido y tu sonido se va cuando vos te vas, nadie lo puede igualar, pueden hacer una imitación de vos, pero tu sonido se va cuando te vas vos...
Aretha: Me anulaste la pregunta que te iba a hacer sobre qué era lo tuyo: locura, arte, música...
Alfredo: Lo mío es vivir la vida, lo único que hago es tomar del entorno: estoy metido en un lugar donde hay un montón de cerebros que trabajan en función de elementos electrónicos: la voz que entra por los oídos, que a su vez son todas vibraciones que entran por tu cabeza y que, a la larga, terminanán en una convulsión que es la risa.
Aretha: En función a esto que decís, particularmente, y al espectáculo que acabás de terminar, quiero decirte que fue excelente cómo interactuaste con el público...
Alfredo: No, no estuvo excelente, fue desesperante, porque no me oía realmente, porque no podía tomar todo el sonido de alrededor... ¡¿Ves? ahí está! Para vos te pareció que fue genial y para mí desesperante pero en realidad funcionó porque de la desesperación salió algo que a otro le parece bárbaro, eso es arte.
Aretha: ¿La “llegada”?
Alfredo: La llegada, sí, y la otra cosa es: La palabra arte ya no es necesaria, porque ha llegado el arte hasta el arte y el arte, al llegar hasta el arte se convierte en … (…silencio...) … matemáticamente, cuando 1 llega a 1, no es nada, pero es uno, ¿entendés?
Aretha: Totalmente.
Alfredo: A esta te la dejo: es como la de los homeópatas, que de tanto sacar moléculas del agua, miden las moléculas que le han sacado de lo que en realidad quieren ponerle...
Aretha: mmm... lo voy a tener que pensar...
Alfredo: No, no, mirá desgrabalo y buscalo: Hahnemann, “El organon de la medicina”...
Fin.
Ahora, dos cuestiones, la primera, es que no podemos negar que muchas palabras fueron provocativas, y muchas otras, muy sabias, pero todas vienen de una persona que busca desafíos todo el tiempo y que se sale de la norma cada vez que puede, cosa elogiable en extremo, a mi entender, y respetable también, por la autoridad que le da su trayectoria, poder vivir de ello con mucho mérito propio, y la “llegada” que posee en el público que lo sigue (aquí de bo decir: seguimos), sin embargo, en plena entrevista, Alfredo incurre en una contradicción enorme, fruto, tal vez, del laberinto de palabras polisémicas que es el lenguaje, y de la compeljidad de los temas tratados... pues no quiero creer que el entrevistado no haya pensado en ello... Bien, insto a los lectores a que descubran dicha contradicción, que repito, viene del orden semántico...
Esa fue la primera cuestión, la segunda, no tiene que ver mayormente con el entrevistado en sí, pero sí tiene que ver con los contenidos de la conversación: y es que se nombraron muchas cosas en ese micro-debate, y a manera de empujar cordialmente al lector a tener una mirada crítica y activa (en el sentido de investigar y desarrollar las ideas tratadas de manera bien personal), investigando sobre los diversos autores que hemos abordado. Para tal fin, adjunto de todo enlaces que puedan serles de utilidad.
¡Hasta la próxima!
Aretha-En-La-Web!
Enlaces:
Arte – Sun Tzu – Hermeto Pascoal – Hahnemann – Clausewitz - ...
Hola. En primerlugar, es hermoso leer, ver, sentir y oir lo que Alfredo pueda llegar a decir, tanto como es oir, sentir o leer a cualquier otra persona.
ResponderEliminarEl error del entrevistador, fue, en primer lugar, dar su opinion, esto no es una entrevista, ni medianamente, es un debate, cosas que no tienen nada que ver la una con la otra. En segundo, alfredo no se contradice en ningun momento, es el afan que tienen ustedes, vos, de querer ganar el debate, no busques errores, limitate a pensar lo que se dijo, listo.
Alfredo no compite, es lo que ustedes no entienden, el da su punto de vista, vos lo contradigiste cuando le formulaste una pregunta que el te hizo primero y vos te negaste a responder.
Alfredo opina, vos contradecis, y despues decis que se contradijo. Molesto al lector, porque, a pesar de que talvez no sea asi, esto llega a la persona como una competencia de mentes filosoficas, que a mi pareser caduca en un ridiculo, porque no hay tal competencia. Parese un juego de niños. Cosa que sin embargo entretiene como cuando te quedas colgado viendo como los niños se diviertien sin tener nada "divertido".
Saludos, y sigan asi, pero con mente mas avierta.
Gustavo A. San Blas.
Querido Gustavo:
ResponderEliminarAntes que nada, yo lo entrevisté y quiero decirte que comprendo muy bien las "reglas" de la entrevista pero salteaste el hecho evidente de que conociéndose de antemano las convenciones (en particular las referidas al "género Entrevista"), quien primero las rompió fue el bueno de Alfredo al efectuar la primera pregunta (que yo no contradije, como me criticás, sino que redireccioné), y -aunque no es necesario aclararlo aquí, pues yo ya lo sugiero hacia el final del artículo al decir: "no podemos negar que muchas palabras fueron provocativas, y muchas otras, muy sabias, pero todas vienen de una persona que busca desafíos todo el tiempo y que se sale de la norma cada vez que puede, cosa elogiable en extremo, a mi entender", una de las normas a la que me refería, era la que porta la etiqueta de "entrevista", y por eso, también hacia el final, decido referirme a ella como "micro-debate"...
Por otra parte, si me niego a responder a su primera pregunta fue porque el entrevistado era precisamente él, y no yo... aunque la demanda, por su parte, de convertirme en interlocutor activo, más que en un mero escucha era demasiado grande, ...y la tentación también lo era, por eso "caí" en mi error en la instancia siguiente. A esto sí te lo acepto.
Respecto de la discrepancia semántica (léase Contradicción), sí existe, y como bien dije, tiene que ver con marearse entre conceptos, pero te la dejo para que la mastiques un poco más, y la exhumo en otro comentario más adelante.